Leonart Pilder: la moto que no te puedes comprar



(Nota: este artículo fue publicado originalmente el 16 de octubre de 2020 en el grupo de Facebook Motos 125 y Gas)

La Pilder 125 es, sin duda, uno de los modelos (de serie) del octavo de litro más especiales que han existido jamás, así como uno de los que más han tardado en parirse.

Su historia es una de esas que merece la pena repasar.


La marca Leonart, de origen catalán, apareció en España al calor del boom de la convalidación del carnet B con el A1, que, como todos sabréis, desde 2004 permitió llevar una moto de 125cc a los conductores de coche con más de tres años de experiencia.

La gente de Leonart se estrenó con la Raptor 125, una sencilla moto custom con propulsor bicilíndrico de origen chino (Lifeng/Dadyw) teóricamente derivado de la antigua Honda Rebel 125.

Sin embargo, el primer golpe sobre la mesa de la marca llegó en 2007, con la Spyder 125, otro modelo custom que, esta vez sí, era distinto a todo lo que se comercializaba entonces en el sector.

Era un modelo masivo, impactante, enorme para ser una 125. Resultaba casi impensable ver una custom que se asemejaba a las grandes Harley-Davidson hechas a medida. Para encontrar algo parecido, te tenías que ir a modelos por encima de los 20.000 €.

Ahora ya lo hemos asimilado, pero en su momento fue un modelo disruptivo. Y por si fuera poco, a éste le siguieron otros modelos más rompedores todavía, como lo fueron en 2009 la Daytona o la Bobber (única moto de serie en España homologada con eje trasero rígido, o sea, sin basculante), que eran tanto o más impresionantes que la Spyder.

Además, todos esos modelos fueron pronto acompañados por versiones mayores de 350cc. La empresa estaba empezando a crecer, demostrando una personalidad única dentro del mercado, lo cual a un servidor le cautivó sin remedio. Además, el hecho de ser una empresa española, le daba un puntito de interés extra al asunto.

Por aquella época, el que esto escribe tenía un blog de motos (algo que, por cierto, volverá a suceder de nuevo dentro de poco), y he de reconocer que todo lo que Leonart anunciaba me resultaba fascinante, y por ello publiqué unos cuantos artículos sobre sus novedades.

A pesar de mi admiración por sus modelos, algo que nunca podía comprender de la marca era su pésima capacidad de comunicación. Tenían un producto potentísimo y, sin embargo, daba la sensación de que no sabían cómo manejar el éxito incipiente que estaban experimentando.

Su web era pobre, con apenas información. Si les escribías un email, no te respondían (a mí me pasó más de una vez intentando aportar información fidedigna), y, pese al carisma indiscutible de sus modelos, era imposible encontrar una mención a la marca en los medios. ¿Qué clase de relación pretendían tener con la prensa o la gente que genuinamente se interesaba por ellos?

Una empresa nueva, esté en el sector que esté, debe aprovechar cualquier ocasión para difundir la oferta de sus productos… ¡y más si son gratis!. Decía el también catalán Salvador Dalí aquello de “que hablen de mí, aunque sea bien”, que es una frase muy cachonda, y por lo visto, le salió bastante rentable la estrategia (que le gustaba más la pasta que los tubos de óleo).

Sin embargo, no daba la sensación de que eso lo entendieran en Leonart.

A pesar de todo, la marca siguió adelante, pues, aunque no movían un dedo en materia de marketing, los modelos impactaban por sí mismos y eso funcionaba suficientemente. Y entonces, llegó un día en que quisieron rizar el rizo… y anunciaron la nueva Pilder 125.

Mi cabeza estalló, y me temo que no fue la única (¿verdad, Xaca?).

En el salón Intermot de 2012 fue presentado en sociedad el prototipo de la Pilder, una mezcla entre café racer y el custom más radical, con basculante trasero monobrazo (algo sólo visto antes en motos de 125 extremadamente especiales, como la Aprilia Futura o algunas carísimas TM de cross o supermotard), espectacular balón trasero, doble disco de freno delantero, horquilla invertida, un escape que parecía sacado de MotoGP… y todo ello acompañado por sorpresa por un motor Piaggio de 15 CV, el tope de la categoría.

Aquel mastodonte (creado por los barceloneses Nacar Design) parecía algo imposible de llegar a ser una realidad en las calles. Tanto componente especial hacía intuir que algo así no se podría fabricar en serie por una marca tan pequeñita, y que, en caso de hacerse, su precio sería desorbitado.

Además, surgían otras dudas razonables, como si un motor de 125cc, aunque fuera con el máximo de potencia permitido, podría mover con soltura tanto peso y unos neumáticos de tal calibre.

Por desgracia, aún tardaríamos mucho tiempo en poder responder a esas y muchas otras dudas. Podemos calcular, de manera aproximada, que la Leonart Pilder se tiró 10 años en la incubadora.

Si fue presentada en sociedad en 2012, imagino que el desarrollo conceptual comenzaría alrededor de 2010, o puede que incluso antes… y, aunque ya hubo unidades de exposición a mediados de 2019, no estuvo disponible definitivamente en España hasta enero de 2020.

Pese a la expectación en su día, supongo que la coyuntura económica derivada de la crisis española, iniciada en 2008/2009, impidió llevar adelante el proyecto como les hubiera gustado.

El monocilíndrico de Piaggio acabó siendo aprovechado durante un tiempo por otros modelos de la gama Leonart, y a lo largo de todos esos años hasta hoy, la marca mantuvo un perfil muy bajo en el mercado, careciendo de modelos tan rompedores como los que surgieron hace más de una década.

De aquella floreciente época inicial, tan sólo sobrevive hoy la Daytona en versión 125, que volvió al motor bicilíndrico de origen chino.

La Pilder fue durante mucho tiempo un modelo fantasma, un proyecto aparentemente muerto, dentro de una marca que tampoco daba demasiadas señales de vida; un modelo que parecía haber sido un sueño demasiado bonito como para ser cierto.

Sin embargo, contra todo pronóstico, acabó llegando.

Y lo ha petado.

Lo ha petado mucho y muy fuerte. Tanto es así, que, pese al golpe en el mercado de las dos ruedas a causa del coronavirus, todas las unidades disponibles para España de la Leonart Pilder hace meses que se agotaron, y en su web cuelga desde hace bastante un precioso mensaje en el que indican eso mismo, y que pronto se abrirá la ronda de reservas para 2021. Lo nunca visto en este segmento.

La Pilder 125 ha sido un éxito enorme, y no es difícil entender por qué. La estética es lo más rompedor, no sólo entre las 125, sino prácticamente de todo el mercado de las dos ruedas… y ofrece todo lo que prometía el antiguo prototipo y más, por sólo 4.200 €, que puede parecer mucho, pero a mí no me lo parece en absoluto. Al menos eso es lo que costaban las de 2020. Ya veremos si no se suben a la parra para 2021.

Los acabados son muy buenos, particularmente en el tren trasero. El tubo de escape definitivo también parece una pieza especial del mercado auxiliar y suena como los ángeles. Los (enormes) huecos del chasis han sido discreta e inteligentemente disimulados con piezas de plástico. Realmente no hay nada igual como la Pilder 125… y yo ya rezo por que llegue una versión superior, que dicen que no está lejos.

Supongo que la tirada inicial de este modelo no sería enorme, pero el caso es que se ha agotado, y con razón. Por desgracia, seguimos sin ver a Leonart en los medios de comunicación, y tan sólo se encuentran reseñas de sus usuarios por internet. La política de comunicación de Leonart sigue siendo muy pobre, pero ojalá esto cambie algún día no muy lejano, pues podrían vender mucho más con mayor difusión.

Mientras esperamos que esto pase, seguiremos pendientes de los siguientes movimientos de la marca, deseando que se afiancen y maduren en todos los sentidos, pues parece que no son conscientes de hasta dónde pueden llegar.

Y por último, no puedo hacer otra cosa que recomendar a todo el mundo que tenga interés en esta marca o en cualquiera de sus modelos, que acuda al foro especializado con la mejor información en español sobre ellos, gestionado desde hace muchos años por el propio administrador de este grupo. No hallaréis mejor fuente sobre Leonart.

Pablo Ortiz
akiramotos.com