(Nota: este artículo fue publicado originalmente el 4 de septiembre de 2020 en el grupo de Facebook Motos 125 y Gas)
¿Has tenido alguna vez la sensación de que hay muchas motos y scooters de 125cc que son iguales pero con distinta marca?
¿Quizás hayas visto diseños, piezas o motores repetidos en modelos que (teóricamente) no tienen nada que ver entre sí?
Sí, ¿verdad? Pues bienvenido/a al bazar chino de las dos ruedas, donde el efecto déjà vu es el pan nuestro de cada día. Y no, en esta ocasión no es un fallo de tu percepción; es que son los mismos motores.
El mundo de las motos es un entorno que ha vivido siempre en constante cambio. A la continua adaptación a los gustos del mercado, hay que sumar el avance imparable de la tecnología, la adaptación a la caprichosa legislación europea y la adecuación a las incesantes normativas anticontaminación: vamos, un follón.
Uno de los más recientes cambios del mercado tiene que ver con el ascenso de las marcas de origen chino. Empezaron a llegar masivamente a España sobre todo de la mano de la convalidación del carnet B con el A1 para llevar motos de 125, allá por 2004.
Aquello fue un boom salvaje.
Surgieron marcas nuevas como champiñones. Muchas de ellas con un nivel de calidad penoso, y no sobrevivían más de dos o tres temporadas, pero siempre había más.
¿Alguien se acuerda, por ejemplo, de la marca española CSR? Igualmente, comercializaba motos de origen chino. Estuvo varios años dando guerra y, la verdad, tenía acabados mejores que la media, pero también acabó diciendo adiós (como curiosidad, su creador, el ex-piloto Carlos Sotelo, es hoy dueño de Silence, la marca de motos eléctricas más vendida de nuestro país, adoptadas por la mismísima Seat para introducirse en el el mundo del moto-sharing).
Algunas de las marcas chinas que aparecieron en aquella época tenían detrás a enormes fabricantes que desconocíamos en occidente (Zongshen, Lifan, Quianjiang…), y también tuvieron que retirarse, pero sólo para volver de nuevo con más fuerza y tras haber tomado buena nota de lo que funcionaba y lo que no.
En los últimos 20 años hemos pasado de ver cómo las marcas japonesas y europeas fabricaban (casi) siempre sus propios propulsores y tenían diseños que solían ser más o menos exclusivos de sus propias gamas… a asistir a una avalancha de pequeñas marcas que juntan motores y piezas genéricas chinas, cuales piezas de Lego, para lanzar nuevos modelos al mercado.
En fin, esto no tiene por qué ser necesariamente malo, pero sí que se está produciendo una cierta pérdida de personalidad. Salvo contadas excepciones, como UM o como Leonart, que tiene maravillas de diseño propio como la Pilder 125, lo cierto es que los diseños tan llamativos que vemos en muchas 125 chinas son totalmente genéricos.
¿Quieres ejemplos? Pues ahí van unos cuantos:
Empecemos por la marca Mitt. Ésta tiene un modelo muy atractivo, que es la custom 125 MB. Pues bien, en el Reino Unido, el mismo modelo se comercializa bajo la marca AJS, con el nombre de Highway Star 125. Haz clic en el enlace y míralo. Es exactamente igual.
Y la cosa no queda ahí. Otra marca inglesa, Motorini, la vende también con el nombre de Box 125i, esta vez con algunos cambios en piezas que le dan un cierto toque al estilo Indian Scout, bastante interesantes, sobre todo en el guardabarros trasero.
Y, por cierto, que la marca AJS no sólo vende la réplica de la Mitt 125 MB, sino también sus propias versiones de las españolas Orcal bajo el nombre Tempest.
La lista de modelos genéricos es infinita. Mira:
Toda la gama de Macbor se comercializa bajo otras marcas en otros lugares. Por nombrar algunos modelos: su exitosa Montana XR3 se vende como Italika VX250 en México y otros países latinoamericanos; la custom Rockster 125 se vende como Sinnis Hoodlum 125 en el Reino Unido… pero es que también con algunos cambios como Lexmoto Michigan 125.
Además, no hace falta salir de España para comprobar esto. La Mitt GPR 125 también aparece en portada de la web de Lexmoto con el sobrenombre de LXR. Y para colmo, también en portada (comparten slider, así que espera un poco y verás los dos) aparece el scooter Chieftain… que no es otra cosa que el mismo Wottan Storm 125 con diferente decoración.
Y llegados a este punto, quizá te preguntes: ¿por qué sucede todo esto? Verás:
Resulta que algunos fabricantes chinos (no todos, ojo) ofrecen motores, diseños completos y/o componentes sueltos a quien quiera comprarlos. Si eres un distribuidor, puedes juntar motores y piezas como quieras y puedes aplicarles la marca que te apetezca. Trucos de magia con purpurina. Así que, igual que los vende Brixton, Macbor, Mitt, Orcal, Riya, TGB o Wottan (por decir algunos)… mañana puedes venderlos tú si tienes el dinero suficiente para invertir.
Está claro que esta política de venta no tiene por qué estar reñida en absoluto con la calidad, pero siempre acaba devaluando un poco la imagen de estas marcas. Personalmente prefiero los modelos que tienen diseños distintivos, pero está claro que eso cuesta un dinero que no muchas marcas se pueden permitir.
Sólo quería subrayar este hecho para que todos seamos conscientes de lo que nos ofrecen, que es bueno que haya todo tipo de opciones en el mercado, y que también tengamos un poco de comprensión hacia las marcas más caras (a las que les metemos tanta caña en ocasiones), que se preocupan de invertir en I+D y en diseño industrial, entre otras muchas cosas. Alguien tiene que tirar del carro.
Pablo Ortiz
akiramotos.com
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